'Ok Computer' y como reinventarse en una leyenda llamada Radiohead

 
Foto / slantmagazine.com

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Off with his head, man
Why don't you remember my name?
I guess he does

Hablar de una joya agreste[1] como el Ok Computer, es un acto de valentía. Al escucharlo hoy, surge la idea de que siempre hay una razón para una era imperfecta, un tiempo que no puede dar más de sí: ‘gracias Alexa, Ok Computer’.

Los días en que se creó este álbum hablan de que esta banda vivía en un universo en paralelo, en detrimento del año 2000 que estaba por llegar, su proceso creativo dio un salto cuántico metafórico, dándoles una identidad que nunca perderían.

Fue producido en la zona rural de Oxfordshire y Bath, durante 1996 y principios de 1997, junto al productor Nigel Godrich.

De entrada, percibimos una producción más limpia que el grunge, pero aún sucia, con una culpa británica vestida de oxido y la voz de Yorke que te sirve como columpio para atravesar la memoria, así pasa con la paranoia de los androides ¿Quiénes? ¿Nosotros?

 
 

Sí, es un parte aguas que nos anunciaba lo que somos: generaciones con tecnología, con gobiernos corruptos, con enajenación, con airbags para salvarnos a diario. Un señuelo lanzado al espacio con sonidos indescifrables, en la base de experimentar con un sonido sólido, a veces lúdico, vibrante, y bueno, en la idea Radiohead, en esa estirpe melancólica como sello.

Escucharlo causa un estupor auditivo, tecnológico, lleno de voces, algunas veces entubadas, agudas, de guitarras sacadas de otra época, en un futuro que aún no acabamos por percibir. Es un andamiaje nostálgico lleno de números binarios.

 
 

Cuidémonos de ser arrestados por el karma police: “I lost myself, I lost myself”.

OK Computer fue catalogado por la Revista Q como el mejor álbum de rock entre 1985-2010 el 29 de diciembre de 2010.

Exit Music (For a Film) es un decreto, pero para acabar en una película sin estrenar, enlatada, con una guitarra sencilla y una voz fantasmal, como si fuera una consciencia llena de verdad cantando para despedirnos del siglo XX, y así no permitirnos voltear en la despedida.

 
 

Let Down es un track lleno de magia para poder viajar por océanos interestelares sin tener miedo al piloto automático, un mapa de alegorías sonoros que ayudan a cantar o compartir una canción, y saber que la juventud no se perdió en el verano que dejaste escapar.

 
 


Por otro lado, No Sorprises, es la canción que siempre quieres escuchar para desayunar en medio de un solar dónde entra un sol blanco, brillante, mientras compartes el espacio con el fantasma que más frecuentas, y escuchas ese piano particular, inolvidable, que trasciende en la melodía, que al terminar nos hace darnos cuenta de que todo era un sueño y que ya no podemos regresar, y claro, que ese momento nunca existió, se evaporó.

 
 


‘Ok Computer’ logró que Radiohead se quitará el disfraz del brit pop, del shoegaze y encerrar el espíritu de aquella época de cambio, creando su propia voz, una más universal y dejándonos huérfanos en este Apocalipsis intermitente.

Texto: Andrés Villela

[1] Que no está domesticado y vive en libertad.